OOIIO Arquitectura Diseño Exposicion

EXPOSICIÓN «CALDER-PICASSO»

Diálogo entre Maestros

  • Premios y Reconocimientos: Proyecto Seleccionado Premio Emporia al Mejor Montaje de Exposición 2019.
  • Estado: Construido.
  • Año de Proyecto: 2018-2019.
  • Localización: Málaga, España.
  • Área: 905 m2.
  • Diseño: OOIIO Arquitectura.
  • Equipo: Joaquín Millán Villamuelas, Martina Almela Sena, Ting-Yi Lin.
  • Iluminación: ERCO.
  • Cliente: Museo Picasso de Málaga.
  • Constructor: Instaladores del Museo Picasso de Málaga.

Inicialmente lo que más nos impresionó de éste encargo de diseño de exposición fue la dimensión de las obras de arte y los artistas con los que íbamos a tener que “convivir” en los próximos meses, nada menos que dos grandes de la historia del arte del siglo XX, Alexander Calder y Pablo Ruiz Picasso. Nunca habíamos trabajado con obras de este tipo.

Esto en ningún momento nos asustó sino todo lo contrario, nos motivó enormemente. La posibilidad de trabajar un espacio en el que conviven interesantísimas obras de arte y público, el reto de cómo organizar y dar forma a todo eso, era un regalo que teníamos que aprovechar.

Realmente la idea original de la exposición parte de los nietos de ambos artistas. Gracias a su privilegiada proximidad y conocimiento de la obra de sus abuelos, descubrieron importantes conexiones entre ambos, sobre todo a la hora de explorar el vacío, la ausencia de espacio, que los dos abordaron desde la figuración hacia la abstracción.

La exposición habla sobre el diálogo creativo entre dos artistas a la hora de estudiar el vacío. Calder y Picasso trabajaron el vacío, pero… ¿cómo mostramos nosotros eso? ¿Cómo poner en valor obras de arte de tal importancia para que expresen lo que realmente pretendía expresar el artista que las creó?

Nuestro pequeño gran acierto y punto de partida para resolver el diseño de exposición fue comprender rápidamente que los artistas eran Calder y Picasso, nosotros no. Parece como si desde el primer día que entras en una escuela de arquitectura te enseñan que el arquitecto tiende a decir aquí estoy yo, éste es mi sello personal. Si no se ve mi personalidad en el trabajo, no lo he hecho bien.

Aquí planteamos nuestro trabajo para pasar desapercibidos, las obras de arte que teníamos entre manos eran tan buenas que “solo” teníamos que saber potenciar lo que expresaban, ponerlas en valor. Ser arquitectos desde el silencio y el segundo plano.

Siempre la intención era agrupar todas las piezas de la exposición en “habitaciones” o “conjuntos expositivos” que hablasen de lo mismo. La muestra, aunque tenga como temática principal fundamentalmente el vacío, se estructura en varios momentos y enfoques distintos que los artistas tuvieron sobre el tema.

Nuestras pequeñas y discretas arquitecturas intentan ser el soporte de estas agrupaciones para que el espectador, casi sin darse cuenta, pueda comprender mejor los diálogos artísticos concretos que los comisarios de la exposición querían enfatizar en cada bloque.

Todo el montaje del diseño de exposición está pensado para ser un soporte narrativo para dejar hablar a los protagonistas, por tanto pensamos en una colección de soluciones que enfatizasen y resaltasen las obras de arte.

Dada la ligereza de muchas de las obras expuestas, uno de los retos fue dar presencia a objetos que casi ni se ven. En la muestra hay varias obras que se han construido con alambres, que flotan del techo sin ocupar casi espacio (es lo que tiene manejar obras que exploran el vacío). Por eso en el diseño de exposición se pueden ver elementos arquitectónicos discretos pero rotundos como por ejemplo una plataforma en el suelo, o suelo-pared, que subrayan estas delicadas obras cumpliendo varias funciones a la vez:

 

  • Definir un espacio propio para la obra, de manera que de repente un objeto que sin su plataforma estaría perdido en una habitación, se consigue posicionar, jerarquizar, localizar…
  • Potenciar el tamaño perceptivo de la obra. El observador psicológicamente comprende la obra + la plataforma como un conjunto. No se percibiría igual de grande una obra sobre el suelo que sobre un elemento que amplía su alcance perimetral espacialmente.
  • Agrupar varias obras cuando se quiera hacer así. La plataforma será como un elemento perceptivo que dirá al espectador que todos los objetos que hay sobre ella van juntos.
  • Mantener al público a una distancia de seguridad de la obra, para evitar la gran tentación de tocarlas,… ¡o soplarlas para ver cómo se mueven!
  • Y una cosa que nos encantó, jugar con las sombras. Nuestras plataformas son también pantallas sobre las que proyectar la sombra de la propia obra, descubriendo juegos bellísimos entre objeto y su proyección.

El que tenga la oportunidad de visitar la exposición antes de su cierre definitivo, que se fije en una de nuestras piezas favoritas, una pequeña escultura de 1929 de Alexander Calder con forma de pez que flota discretamente próxima a un muro, y compruebe el juego que hay entre la escultura y la proyección de su sombra. ¿Qué es más importante? ¿La pieza, su proyección? ¿el espacio entre las dos?. La sensación de vacío que rodea al pez o que conforma el propio pez.

¡De repente comprendimos que nosotros también podíamos formar parte de las obras de arte! El vacío – lleno que forma una escultura sobre su plataforma expositiva, el espacio creado en torno a las piezas, es parte de la obra de arte.

Al final, después de un largo proceso de trabajo en el que hubo que tener en cuenta infinidad de factores que no imaginábamos de inicio conseguimos sobrevivir a nuestro debut expositivo de la forma más digna que supimos. Seguramente con errores, como en todas nuestras obras, pero con grandes aprendizajes por el camino. La arquitectura para mí no es una vía para perseguir ninguna meta concreta, sino un conjunto de procesos inciertos en los que descubrir todo tipo de sorpresas: desde cómo funciona el mundo del arte, por ejemplo, a conocer un grupo de profesionales nuevos, aprender algo más de iluminación, saber la altura a la que se debe colgar un cuadro para que se vea bien, viajar a menudo a una ciudad distinta,… o sorprenderse por la belleza de la sombra de un pequeño alambre retorcido con forma de pez sobre un muro blanco.